En Angela’s Farm, en Seagrove, Carolina del Norte, Lai Thang lleva años criando pollos de engorde, siempre buscando nuevas formas de apoyar a sus aves y mejorar sus resultados. Cuando decidió sustituir sus tradicionales bombillas verdes Edison por nuevas luces LED blancas en dos de sus diez naves, descubrió algo más que una iluminación más brillante: encontró una ventaja competitiva.
El problema: encontrar la solución de iluminación adecuada
Durante mucho tiempo, Lai Thang confió en las bombillas verdes Edison estándar compradas localmente. Estas bombillas habían cumplido su función, pero sabía que había margen de mejora. La pregunta no era si debía cambiar la iluminación, sino cuándo.
La solución: actualización a luces LED blancas ONCE
En el otoño de 2024, Thang decidió probar las luces LED blancas en dos de sus naves. Instaló 100 lámparas LED normales y entre 30 y 50 luces de cría, esperando una mejora que realmente marcara la diferencia.
Los resultados: naves más iluminadas, aves más sanas
Thang notó la transformación de inmediato. “En cuanto las puse, lo primero que noté fue que eran mil veces más brillantes”, comenta. Incluso después de instalar nuevas bombillas verdes Edison en otras naves para comparar, las LED blancas ONCE las superaron —literalmente.
Las nuevas luces tuvieron un impacto inmediato. Tras solo un ciclo de crianza, se alzó con el primer lugar en una competición local de productores. Cree que este éxito se debe al mejor control de la luz. “Puedes atenuarla tanto como quieras y obtener un muy buen resultado”, afirma. “Si las aves comen bien y se mueven cuando son jóvenes, eso contribuye a que estén más sanas cuando crecen.”
Más allá de la luminosidad y el rendimiento, Thang valora lo fáciles que son de mantener las luces LED. A diferencia de las bombillas verdes Edison, que requerían manipular cables, las LED blancas simplemente se enroscan y desenroscan. “Es mucho más fácil trabajar con ellas”, señala.
Lo más importante, sin embargo, es que Thang ha observado que sus aves parecen más felices y activas en las naves iluminadas con LED blancas. “Simplemente parecen más cómodas”, dice. Con dos parvadas ya bajo estas nuevas luces, sigue viendo mejoras y planea ampliar aún más el uso de LED.
En Angela’s Farm, la historia de Lai Thang demuestra que, a veces, los cambios más simples pueden ofrecer los resultados más impresionantes.
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